Caracas, 3 de mayo de 2022.- Es público y notorio que la asignación salarial y otros beneficios contractuales, de los docentes en Venezuela es absolutamente insuficiente, de manera generalizada, para sus necesidades.
Mucho más cuando es cabeza de familia, y es ella (la mayoría son féminas), o él, quien aporta en mayor intensidad, o únicamente, para la economía del grupo.
La situación de alto rezago salarial, presente antes del “famoso” incremento del salario básico de este año, sigue siendo casi igual para los educadores, después de la aplicación del mismo.
Al respecto veamos brevemente lo encontrado, sobre la situación socioeconómica de los educadores en el primer cuatrimestre de este año.
Abril preocupante para docentes
En el mes de abril los observadores escolares de @conlaescuela aplicaron la encuesta de situación social de los docentes a un grupo de 329 educadores en escuelas de cinco regiones del país.
En los resultados destacan la insuficiencia de una sola fuente de trabajo, como medio de acceso a un ingreso salarial acorde a sus necesidades.
La mitad de los educadores consultados admitieron que tienen fuentes adicionales, es decir tienen otro trabajo más.
De esos docentes que tienen otro trabajo, el 77% admitió que es uno solo, el 18% que son dos los adicionales, y los hay, en un 3% de los casos, que tienen tres o cuatro trabajos.
Lo peor: docentes del sector público
Donde se presenta con mayor intensidad este fenómeno es en el sector público, ya que casi 7 de cada 10 docentes, que admitieron desempeñarse en otro trabajo, laboran en ese tipo de escuelas, sean urbanas o rurales.
Probablemente lo que le da un ribete de la alta necesidad de tener otra fuente de ingresos, a los docentes, es el hecho que se desempeñan en trabajos, que no son instituciones escolares o ligadas a su profesión.
El 45% de los maestros que admitió tener otro trabajo, lo hace en alguna área, que no tiene nada que ver con el ejercicio de la docencia.
Un observador escolar comentaba que varias maestras entrevistadas, le señalaban: “lo que me pagan en el plantel público me sirve para el pasaje, yo puedo comer gracias a mi otro trabajo”.
Los docentes y sus rebusques
Tradicionalmente los docentes han tenido otras fuentes de ingreso. En décadas anteriores, no era infrecuente que un maestro o profesor de secundaria, alternara sus labores en otras escuelas.
La causa era, que los recursos y beneficios obtenidos, no eran suficientes, a pesar que se reconocía que los aspectos básicos para una vida modesta eran sufragados con el salario principal de esos tiempos.
En los últimos años no es así. Y lo significativo de la actual situación, es que se dedique a labores que no tienen que ver con su profesión.
Alimentación comprometida
Con el actual salario del docente, qué respuesta puede haber para atender necesidades primordiales como, la alimentación.
Un reflejo de una alimentación suficiente es la cantidad de veces al día que se consume comida.
El 22% de los educadores de la muestra señalaron que no comen tres veces al día, mientras el 2% lo hace una sola vez. Además, el 40% de los docentes admitió adquirir menos o mucho menos alimentos en el 2022, respecto al 2021.
Incluso 52 docentes de 332 encuestados admitieron haberse acostado sin comer en los últimos 15 días anteriores a la encuesta. El 34% de ellos en tres o más oportunidades en la quincena.
Bajo rendimiento
Así como un niño con penurias alimenticias no rinde, con un educador puede pasar algo semejante. La vocación y pasión por educar está en muchos de ellos, falta que el Estado cumpla con unas condiciones contractuales decentes y justas.
Cuando apreciamos otros aspectos importantes para el mantenimiento del docente, encontramos severas limitaciones semejantes a su alimentación.
Por ejemplo, ¿ha comprado calzado en el último año? Lo cual no es una pregunta baladí, porque la mayoría de los educadores consultados por @conlaescuela manifestaron que ir a pie, es el medio más empleado para trasladase a su institución. Hasta un 76.8% % lo hacen de esa forma.
Ello indica la importancia de tener un buen zapato, o que al menos dure lo suficiente. Ante esa pregunta la respuesta obtenida fue que, 65 de cada 100 docentes no pudo adquirir calzado en los últimos 12 meses. El lector puede sacar sus propias conclusiones.
Educación: mal vista
En el imaginario popular, de muchas personas, cuando en un pasado a un bachiller se le preguntaba ¿qué estudiarás en la universidad?, y este respondía Educación, la observación despectiva es “te morirás de hambre”.
Decimos se le preguntaba, porque prácticamente en pedagógicos y universidad la carrera educativa muere de mengua por la ínfima cantidad de cursantes que tiene.
Cuando un docente se ve obligado a desempeñarse en una fuente alterna al trabajo “principal” y distinta a la docencia, refleja la angustia de alguien que ve que sus años de estudio y/o su vocación son insuficientes para su mantenimiento personal. Es una evidencia del desmérito social de la importantísima carrera docente.
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